Comentarios de teatro
Nuestra llamita Carolina Cares, más conocida como Lala, es Periodista y Diplomada en Estética, feminismo y crítica, y realiza mensualmente comentarios de la escena teatral santiaguina. Diversidad de montajes y compañías completan este abanico de reseñas bajo la pluma de la Lala para visibilizar y reflexionar sobre los estrenos que se vienen este año y que seguro darán mucho de qué hablar.
La trilogía final de La Provincia: el fracaso del teatro
09/06/23
Las primeras dos entregas de la Trilogía final con la que Teatro La Provincia conmemora sus 30 años en Teatro La Memoria, Edipo stand up tragedy y Hablan, se construyen en dos hilos argumentales que van trenzándose para ofrecer una reflexión sobre el teatro, mientras, sobre el escenario, se despliega la puesta en escena de un clásico. Así, a través de la frustración de Edipo y de los ensayos y repasos de una escena de María Estuardo, aparecen las preguntas sobre el lugar del teatro –y de los actores, actrices, dramaturgas/os, técnicas/os– en un mundo que pierde el eje y en el que, durante los últimos tres años –que se han sentido como siglos– las preguntas de antes parecieran haber perdido importancia.
El trabajo de Rodrigo Pérez en la dirección y de Leyla Selman en la dramaturgia, pone en el escenario la pregunta por el sentido del teatro. ¿De qué hablar cuando hemos vivido una revuelta social, una pandemia que cerró las salas por meses, cuando nos acecha el fascismo, cuando como país avanzamos un paso y luego retrocedemos tres? ¿Hacia dónde mirar cuando no hay más que incertidumbre a nuestro alrededor? ¿Para qué el teatro, entonces? En estas preguntas habitan los fracasos con los que La Provincia teje el pasado, el presente y el futuro, derriba muros imaginarios y plantea un doble trabajo actoral: un actor/actriz que se pregunta por su lugar en el mundo, y un personaje que, atribulado, no logra superar su destino. “El teatro es un oráculo”, dice Cristian Carvajal en Edipo, y quizás la gran pregunta radica precisamente en esa idea. Si ya no podemos leer lo que está pasando afuera, ¿qué vamos a mostrar aquí adentro? Una brújula que intenta recuperar su norte a través de tres obras que van y vuelven sobre esa pregunta, gracias a los textos inteligentes y críticos de Leyla, cruzados por el humor.
Para esto, Pérez y Selman eligen abrir la obra al público, para verla con más perspectiva, desde un poco más lejos. En Hablan –con Claudia di Girólamo y Francisca Márquez– miramos un ensayo desde una ventana o una puerta entreabierta, las vemos repasar líneas, hablar sobre el teatro, la obra, el vestuario (en el que destaca el trabajo de Catalina Devia). La reflexión sobre el teatro es también un regalo: la posibilidad de ver lo que como espectadoras siempre se nos oculta: el ensayo, el error.
La dupla de Claudia di Girólamo y Francisca Márquez es un acierto, es un placer verlas sobre el escenario. Ambas en sus roles de la reina Isabel I y María Estuardo, respectivamente, nos sumergen en los universos de los personajes y también de esas actrices que se preguntan si sirve de algo lo que están haciendo.
Al inicio de ambas funciones, Rodrigo Pérez ha contado que estas obras son muy personales, que incluso le da cierto pudor. Sin embargo, no hay ejercicio más honesto que el de pensarse y repensarse en un contexto cambiante y a ratos tan hostil. Es, posiblemente, la única forma de asegurar la existencia del teatro.
FICHA ARTÍSTICA HABLAN:
Dramaturgia: Leyla Selman | Puesta en escena: Rodrigo Pérez | Elenco: Claudia di Girolamo y Francisca Márquez | Diseño de iluminación y vestuario: Catalina Devia | Diseño Gráfico: César Erazo | Música: Guillermo Ugalde | Realización de vestuario: Elizabeth Pérez | Realización de pelucas: Carla Casali | Producción: Teatro La Provincia
Proyecto Villa: un país como una casa
16/05/23
Escribo este comentario el día en que el ministerio de Bienes Nacionales anunció la restitución del ex balneario y ex centro de detención y tortura “Rocas de Santo Domingo”, para su puesta en valor y administración como sitio de memoria. En este caso fue indispensable la labor de la Fundación para la memoria de San Antonio, tal como lo ha sido en la mayoría de estos espacios: son las agrupaciones de derechos humanos, las y los sobrevivientes y sus familias, quienes luchan por la recuperación de estos sitios para mantener vivas las memorias de represión, resistencia y solidaridad.
Más de medio centenar de casas particulares fueron utilizadas por la dictadura para establecer cuarteles y centros clandestinos de detención y tortura. La apropiación de los inmuebles era unilateral, las familias fueron simplemente expulsadas. Los lugares no volvían a ser los mismos, y los recuerdos albergados fueron borrados por la brutalidad de la acción de militares y civiles. Proyecto Villa, de Edison Cájas y Daniela Contreras López, estrenada en 2019 y con una nueva temporada este año, devuelve a la espectadora a la intimidad de esos hogares, al comedor donde quedaron restos de un pan a medio comer, fotos desparramadas sobre un mueble, un televisor encendido alrededor del cual se reúnen, esta vez, hombres y mujeres, a 50 años del golpe de Estado.
La performance está a cargo de Paulina Urrutia y Daniel Candia –quienes son también anfitriones en esta experiencia–, mientras que el público es el tercer integrante de esta puesta en escena que utiliza registros audiovisuales y sonoros de sobrevivientes, en los que relatan cómo vivieron sus días en cautiverio, cómo se vinculaban entre prisioneros/as y cómo resistieron juntos/as la violencia y la incertidumbre. Los relatos son conmovedores. Las estaciones dispuestas en la sala también: a nuestro lado puede caminar una víctima; podemos compartir la mesa con un victimario. Proyecto Villa funciona como un espacio de memoria itinerante, aunque bajo nuestros pies, el GAM, también guarde sus propias historias. Es un ejercicio emotivo e indispensable en los tiempos que corren, desarrollado con la sensibilidad y perspectiva que se merecen quienes pasaron por estos lugares, muchos de ellos a quienes todavía buscamos.
FICHA ARTÍSTICA:
Dirección y dramaturgia: Edison Cájas y Daniela Contreras López | Performers: Paulina Urrutia y Daniel Candia | Diseño e iluminación: Nicolás Jofré | Directora de arte: Daniela López | Realización audiovisual: Edison Cájas | Composición musical: Gonzalo G. Galleguillos | Asesoría investigación: Evelyn Hevia
Antes de morir quiero conocer el cielo: el amor como trinchera y resistencia
10/04/23
La violencia contra las mujeres retumba en un eco que no termina de perderse. Es una ola que constantemente arrasa y erosiona nuestras sociedades. La violencia contra las mujeres lesbianas y disidencias sexuales y de género es, además, el eco de una justicia que no termina de llegar. Antes de morir quiero conocer el cielo, de la compañía La Chueca, aborda el dolor de la injusticia por el asesinato de Mirlo, las redes de afecto, la memoria y los cuidados que se tejen en torno a su lesbicidio. La conmemoración de un año más de su muerte –todavía impune– es el hito que reúne a la licenciada Moya, tía de Mirlo –y quien es hostigada en su pueblo por su orientación sexual–, con su hermana Sandra, quien la culpa por el camino transitado por su hija Mirlo. Este reencuentro es propiciado, además, por la visita de una amiga de la familia y un antiguo amor.
El texto de Rae del Cerro aborda la crudeza de la violencia, pero también la profundidad de los vínculos afectivos como trinchera y resistencia ante el horror. No hace falta decir que está basado en una historia real si consideramos la travesía de las familias y amigues de Nicole Saavedra y Anna Cook por justicia. En ese recorrido –en el montaje y en la realidad– las familias enfrentan la negligencia de un sistema judicial patriarcal, la desidia de la mayor parte de la sociedad y el desinterés de los medios de comunicación. En contrapunto, las nuevas generaciones movilizadas porfían y buscan mantener viva la memoria. Este cruce de mujeres nos recuerda que esta lucha es una posta, y que todo camino avanzado es un faro para les más jóvenes, quienes no necesitan conocer a Mirlo para poner el cuerpo en la protesta frente a la injusticia.
El montaje ocurre en la intimidad de la licenciada Moya, su casa, un lugar que para muchas mujeres y disidencias no es un espacio seguro. Por el contrario, el hogar en ocasiones ofrece el primer encuentro con la violencia. Sin embargo, pese a la densidad de la reflexión propuesta por La Chueca, la obra transita con humor y ternura por la vida de sus protagonistas, atravesada por la experiencia de ser mujeres y lesbianas en un país como el nuestro. La dirección sensible de Javiera Mendoza invita al público a reír, a llorar, a enternecerse, y sobre todo, se trata de un estímulo para conversar y movilizarse.
FICHA ARTÍSTICA:
Compañía: La Chueca | Dramaturgia: Rae del Cerro | Dirección: Javiera Mendoza | Elenco: Marcela Salinas, Carla Casali, Coca Miranda e Hitzka Nudelman | Diseño y producción de vestuario: Loreto Martínez | Realización de vestuario: Javiera Labbe | Realización de escenografía: Taller el Litre | Realización de pelucas/maquillaje: Carla Casali Escudero | Diseño Sonoro y director de escena: Octavio O`Shee | Diseño de escenografía e iluminación: Daniela Fresard | Fotografías: Fernanda Ruiz | Coreografía: Ymar Mercedes | Producción: Carmina Infante | Dirección/Producción ejecutiva: Teresa Gómez
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